miércoles, 18 de febrero de 2009

Introducción

Uno de los recuerdos mas entrañables que guardo en mi memoria de cuando niña era ver a mi madre en la cocina. Me quedaba embobada observandola amasar harina, estirar la masa con el rodillo y cortar porciones para dar forma a las empanadillas. Mi madre (como imagino nos ocurre a todos) me parecia la mejor cocinera del mundo. El hecho de transformar una materia prima en un plato de sabor exquisito aparecia ante mis ojos infantiles como un acto de verdadera magia, y soñaba con poder imitarla algun dia, con parecerme a ella un poquito, con hacer las cosas que ella hacia. Ese sueño aun lo mantengo...

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